Zinedine Zidane parece haber encontrado la fórmula para mantener al Real Madrid en la pelea por la Liga y la Champions. El conjunto blanco mantuvo la línea de los últimos encuentros, llegando a mejorarla contra el Celta. Kroos y Modric volvieron a marcar la diferencia en un encuentro que contó con el protagonismo de un insaciable Benzema. Sin embargo, la fórmula del éxito contra los gallegos reside en la entrada de Fede Valverde como cuarto centrocampista, reforzando el centro del campo y permitiendo un mayor desparpajo de los hombres fundamentales del equipo en ataque.
El uruguayo repitió en el once después de participar en la victoria contra el Atalanta. En el encuentro de octavos de Champions su entrada estaba motivada por la ausencia de Casemiro por sanción, aunque en esta ocasión, Zidane prefería prescindir de uno de los tres centrales para consolidar el dominio de los suyos en el medio.
Con un 4-4-2, los madridistas dominaron durante gran parte del partido con comodidad, mostrándose muy superiores a un insistente Celta que, pese a ello, no tiró en ningún momento la toalla. La superioridad en el centro del campo permitió al equipo dar una exhibición sobre todo durante el primer tiempo, que aprovechó para lograr una victoria que les aferra aún más a la pelea por el título.
La mejor versión del Madrid de Zidane
El dibujo planteado por Zidane ante el Celta no es, ni mucho menos, una novedad. En los últimos años, el entrenador madridista ha apostado por un esquema con cuatro jugadores en la medular en partidos de suma importancia, dándole un gran resultado. De hecho, el mejor fútbol que ha hecho el equipo con el galo en el banquillo fue con un 4-4-2, durante su anterior etapa, en la que un Isco a un nivel superlativo sumaba -y mucho- a lo que ya de por sí daba el tridente formado por Casemiro, Modric y Kroos.
Las ausencias de Bale por lesión obligaban a Zidane a meter de inicio al malagueño, que se hizo con la titularidad en la segunda mitad de las temporadas 16-17 y 17-18. Aquellos años, el Madrid era el absoluto dominador del fútbol español y europeo, basando su superioridad en la calidad con la que contaba en el centro y con hombres diferenciales arriba como Cristiano y Benzema.
Ahora, la apuesta por repetir aquella formación, prescindiendo de un jugador de ataque por uno que permita dar una superioridad en el centro del campo, parece que empieza también a funcionar. En lugar de Isco, el encargado de dotar de un mayor equilibrio al equipo es Valverde, que tras su lesión empieza a resurgir y ya se muestra a un nivel parecido al que alcanzó el pasado curso.
Su presencia en el césped ayuda a los madridistas a crear unas superioridades que, como se vio en Balaídos, son más que diferenciales. El uruguayo sirve para dar al equipo una solidez mayor, al verse gran parte de los jugadores del centro del campo en adelante más liberados.
Ventajas notorias a partir del centro del campo
El Real Madrid disputó en Vigo uno de los mejores partidos de los últimos meses. Los blancos se impusieron con claridad a los de Coudet, que amenazaban con complicar las opciones del vigente campeón de Liga en su objetivo de revalidar el título. Sin embargo, desde el primer minuto se notó la mano del entrenador francés con la presencia de Valverde en el centro del campo, que terminó siendo clave para certificar la victoria.
El equipo se vio favorecido por el gran nivel que pudieron dar Kroos y Modric. La vieja guardia de los madridistas está esta temporada siendo más determinante si cabe, pero ante el Celta dieron uno de los grandes recitales de la temporada. Reforzar la medular con un pulmón como Valverde, permite ver a las dos estrellas del centro del campo madridista más liberados y la prueba de ello es que Kroos asistió cómodamente en dos ocasiones, sin tratarse de jugadas a balón parado.
Pero no son los dos únicos beneficiados de la entrada del uruguayo. Con él en el verde, Casemiro cuenta con una ayuda extra a la hora de recuperar. El conjunto blanco ha pecado en muchas ocasiones de partirse, permitiendo muchas facilidades al contrario al contraataque. Con el charrúa, resulta más complicado ver al equipo roto en dos a la hora defender, lo que dificulta el éxito de los rivales en las transiciones rápidas.
Otra de las claves de la entrada de Valverde es que el equipo puede presionar más arriba, gozando de más oportunidades para robar y generar ocasiones claras. De hecho, contra el Celta se vio en varias ocasiones la capacidad para provocar errores en la salida. El segundo gol de Benzema llegó tras un robo en las proximidades del área, donde los madridistas ahogaban a los celestes.
También los hombres del ataque tienen ventaja contando con una superioridad más clara en el centro. El 4-4-2 les permite despreocuparse más en las tareas defensivas y estar más liberados a la hora de elaborar los ataques. El equipo se desordena menos y, por tanto, está en mayor disposición de encontrar peligro de forma directa en cuanto recuperan la pelota, aprovechando la velocidad tanto del francés como de Vinicius -hasta que regrese Hazard- para desequilibrar.
A Zidane ya le fue bastante bien al contar con cuatro hombres en el centro del campo y, viendo los resultados que le dio contra el Celta, no es descabellado pensar que en lo que queda de curso puede recurrir al dibujo de Balaídos con mayor asiduidad. La fórmula que le dio sus mayores éxitos en su primera etapa en el club, pueden devolverle a lo más alto en los próximos meses.